Solo tres.
Y si fallas en una, lo pagas en kilos.No hay más.
Todo lo demás —sensores, programadores, aplicaciones, cuadros inteligentes, cabezales del futuro— es ruido caro si no cumples eso.
Medir. Entender. Actuar.
Esa es la diferencia entre un riego que “va tirando” y un riego que funciona de verdad.
Llevo 15 años en el mundo del riego profesional: trabajando desde la fábrica y codo con codo con instaladores, ingenierías y fincas que mueven miles de hectáreas. He visto barriles de cerveza sacar campañas adelante y sistemas modernos cogiendo polvo porque nadie sabía hacerlos funcionar.
Y si digo que hay desonexión, es que hay desconexión. Porque la he vivido desde todos los lados: en el desarrollo, en la venta, en el diseño, en la instalación, en el trabajo diario y en la solución de problemas. Que cuando la información sí llega, cuando alguien une los puntos, empiezan a pasar cosas que no deberían sorprender a nadie… pero que sorprenden. Porque de repente todo cuadra: la finca responde, el riego obedece y el trabajo pesa menos.Imagina tener al lado a alguien que te acompaña mientras tú tomas mejores decisiones. Alguien que consigue que tu equipo entienda lo que hace. A eso me dedico A hacer que tu equipo te pida que les subas el sueldo porque están haciendo las cosas mejor que nunca.